- El niñ/a es el que nos dará las señales para saber cuándo es el momento, y es muy importante que respetemos el ritmo de su maduración. Por eso, no hablaremos de retirar el pañal, sino de acompañar al peque en el proceso de “dejar el pañal”. Lo habitual suele ser intentarlo en la primavera/ verano de sus dos años de edad.
- El tiempo que esté en casa, aprovechando el buen tiempo, quítale el pañal dejando que vaya desnudo/a de cintura para abajo. Procura tenerlo vigilado/a para cuando veáis que quiere hacer sus necesidades, llevarle al orinal o al retrete lo antes posible. Así, se irá acostumbrando al lugar donde tiene que hacerlo.
- Al principio, tendremos que crear una rutina y tendréis que ofrecerle sentarse en el orinal cada hora o dos horas, e ir alargando ese intervalo.
- Cada vez que haga pis o caca en el orinal, celebradlo y felicitadle. La paciencia, el cariño y la motivación son fundamentales. Al felicitarle cada vez que lo haga bien, se sentirá motivado/a para seguir haciéndolo.
- Tenemos que tener en cuenta que los niños/as, por muy rápido que se adapten, no aprenden a usar el orinal a la perfección. Serán varias las ocasiones en las que se hagan pis encima de la ropa, y en ningún caso tienen que ser regañados/as por ello.
- Una vez que el niño/a haya empezado a controlar sus esfínteres es recomendable no volver a ponerle pañal, excepto en las siestas o a la hora de dormir, así se habituará a vivir sin él. El control nocturno puede tardar más tiempo en adquirirse.
- Acostumbradle a que vaya al servicio nada más despertarse, antes de ir a dormir, de salir de casa, o antes de bañarle; aunque no haya manifestado que tiene necesidad. Será una buena forma de adquirir rutinas
- Implicar al niño/a lo máximo posible. Llévalo contigo a elegir el orinal o adaptador, decoradlo juntos/as con pegatinas, leed cuentos acerca de este tema… Cuando esté en el váter, hazle compañía y elógiale. Permítele que vea cómo tiras de la cadena, o como tú haces pipí. Todo esto le ayudará a comprender el proceso.
- No caigáis en la tentación de ponerle el pañal para ir en el coche o a una cena en un restaurante, por ejemplo; este tipo de variaciones les pueden confundir y alargarán el proceso. Una opción para esos casos puede ser llevar encima empapadores para proteger así las tapicerías.
- Como consejo final, te recomendamos que mientras dure el proceso, que puede durar entre una semana y un mes dependiendo del niño/a, llevéis siempre a mano una ropa de recambio y toallitas, y kilos y kilos de paciencia
SUERTE!
